Entradas

Mostrando entradas de abril, 2012

Un árbol caído

Qué tristeza cuelga en cada árbol, derraman sus pálidas flores púrpuras mientras deslavan el cementerio creado. Huellas de desesperación y locura se arremolinan en el suelo congelado, golpean el pavimento desteñido. Sonríes, lloras, anhelas. Tomas asiento entre su frescura, sientes tu silencio. Se consumen los sonidos por el Sol, su estúpido y desmedido brillo te quema, y sólo lo aborreces. Lo purpura que vuela te adormece. La sombra envidia tu color. En tu asiento, aguardas por una mirada, tiemblas sin control con el viento. Sombras de peones se unen sin sentido, arrastran secretos del sol, corren, avanzan. Que soledad tan aplastada en el suelo, trepa en los árboles, se muere su dolor Unión esplendorosa de la oscuridad, se agita constante, oculta su alegría.

Una Rosa para la Muerte

Tan rápido le llegó la muerte, tan pronto como su pureza fue arrancada de su bienestar. Cada uno de sus pétalos se va oscureciendo poco a poco, se enroscan sus sentimientos mientras se pierde su esplendor. Le robaste su muerte y se la entregaste a otro ser, esclavizaste a la triste rosa a su martirio. Cada segundo que sufre esa rosa enfrente de tu amada hace que ambas derramen lágrimas de pútrido rencor. No te importó lo que ella quería, pudo más tu deseo de poseerla. Observas esa pobre flor fallecer, su alma se vuelve oscura, se rostizan sus pétalos y se pierde aquel hermoso y posesivo color carmesí, ese color que te recuerda mi sangre hirviendo y mi cuerpo pereciendo. Pero no, no soy tu amada, es mi piel a la que adoras. Utilizas esa rosa como mi reflejo, sabes que lo suave de su exterior la hace aún más impenetrable a su corazón, en el que nadie sabe qué se esconde. La agitan, la muerden y destrozan, pero su corazón se mantiene oscuro, en silencio. Se adelgaza su belleza, se pudre s