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Mostrando entradas de junio, 2015

Sin dormir

Siento una necesidad de ahogarme, de sentarme sobre una tumba y quedarme quieta (muy quieta) mirando el cielo. Heme aquí de pie, cuerpo frágil, silueta desvanecida, sobre la tumba de quién sabe quién. ¿De quién es esta hermosa tumba tan abandonada y rota? Entre las grietas se asoman las letras carcomidas: «Zelya Lemik», susurran mis labios queriendo saborear su dulce entonación, y al pronunciar el nombre un extraño golpe llega a mi pecho, como si algo pudiera predecir con tan solo exhalarlo. ¿Quién es Zelya Lemik? ¿Acaso importa? Nada importa si esta horrible llama sigue ardiendo en mi garganta, quemando sin matarme. Me siento sobre la tumba para mirar el impresionante vacío que se abre frente a nosotras. No hay tierra, no hay mar ni árboles ni flores. Incluso no está la estrella que acostumbra iluminar el día. No hay día, todo es noche. Incluso no está la luna que hasta de día se asoma. Aquí, con el inmenso abismo, gran vacío, que se abre frente a nosotras yo le pued