Entradas

Mostrando entradas de 2021

Tulipán mutante

Guardé su cadáver todo este tiempo. Decidí que era un ejemplar peculiar cuando lo vi brotar de su cuerpo. Pero, un momento, tengo que verificar cómo comenzó la historia. Sí, la fecha en el blog dice 05 de octubre. El grupo de amigos de la mesa contigua se acababa de ir cuando Z se acostó sobre la mesa. Sin lugar a dudas se trataba de un mutante. Escéptico, intenté tocar el tulipán que emergía de su estómago. Utilicé su cuerpo como centro de mesa. No quería perder aquella primera impresión. A diferencia de otras flores, este tulipán tenía como base una naranja y se nutría de la propia comida procesada por el estómago de Z. Él hablaba sólo para indicarme si el tulipán tenía antojo de pizza o helado. Lo que más amaba eran las empanadas rellenas de crema pastelera, restregadas en azúcar.  El tulipán crecía y la voz de Z se apagaba proporcionalmente. También el hilo de sangre que caía en todas direcciones de la pequeña mesa. Me preocupaba que finalmente Z falleciera y con él, el tulipán.  H

El abismo dentro

Imagen
Sólo voy a contar de l as heridas: una en mi pecho y otra en la muñeca derecha. Ambas contorneadas en forma de ojo, con la carne viva abriendo paso hacia un abismo. Mientras caminaba entre una blancura sin fin, un joven se acercó y me hizo notar la abertura en mi pecho. Por un momento, como si yo fuera él, pude ver de frente la herida: más que un ojo, era una vagina sanguinolienta y palpitante. Vi cómo se hinchaba y se recogía la carne a su alrededor. No derramaba sangre. Dentro de la herida sólo había oscuridad. Entonces el joven, entonces yo, tuve curiosidad por tocar, y metió, metí, el dedo en la herida. Pude sentir que se abría paso hacia mis costillas. Toqué los huesos. ¿Era tibio? ¿Era frío? Ahora mis ojos miraban el dedo intruso entrar por la herida en mi pecho y sentí cómo se abría un agujero negro, directo a un abismo. ¿Duele? Me preguntó el joven. No. No se siente nada, simplemente están aquí. Entonces le mostré la herida en la muñeca, muy similar, pero en lugar de palpitar,