Entradas

Mostrando entradas de 2015

Nunca se sabe

¿Me lees? Dime, Muerte, tú qué sabes de éste pútrido cuerpo que se arrastra. Dime tú qué sabes o no del dolor. Si acaso has leído en mi piel las grietas y la resequedad que ha dejado tu sol. ¿Me lees? ¿Me sabes? Dime, por favor, ya no calles todo esto a lo que sabes, para así poder decirte lo que este cuerpo despide y deja volando en el aire. Déjame decirte, Muerte. Déjame adorarte, pues nunca se sabe.

Sin dormir

Siento una necesidad de ahogarme, de sentarme sobre una tumba y quedarme quieta (muy quieta) mirando el cielo. Heme aquí de pie, cuerpo frágil, silueta desvanecida, sobre la tumba de quién sabe quién. ¿De quién es esta hermosa tumba tan abandonada y rota? Entre las grietas se asoman las letras carcomidas: «Zelya Lemik», susurran mis labios queriendo saborear su dulce entonación, y al pronunciar el nombre un extraño golpe llega a mi pecho, como si algo pudiera predecir con tan solo exhalarlo. ¿Quién es Zelya Lemik? ¿Acaso importa? Nada importa si esta horrible llama sigue ardiendo en mi garganta, quemando sin matarme. Me siento sobre la tumba para mirar el impresionante vacío que se abre frente a nosotras. No hay tierra, no hay mar ni árboles ni flores. Incluso no está la estrella que acostumbra iluminar el día. No hay día, todo es noche. Incluso no está la luna que hasta de día se asoma. Aquí, con el inmenso abismo, gran vacío, que se abre frente a nosotras yo le pued

La que me habla

Hemos machacado sinfonías. Fuiste tú. Mejor cállala. Mejor que me callen y que me corten los dedos. ¿Por qué? Gritan las plumas (no les miento, fue el teclado). Pero es simple: yo no escribo sino ella. No es musa, ni puta. A veces ni es la vida. Pero es ella porque así la quiero llamar. Es ella la que grita y pide que escriba. Sin razón y sin lógica. Y así hemos machacado sinfonías, palabras y funestas algarabías. ¡Qué tontos! Nadie sabe de lo alegre que guarda entre lágrimas la que ni es puta ni es vida. La del fulgor ensombrecido que susurra y estruja desde dentro. Hemos avergonzado. Más ella que yo. Más mis dedos con las palabras. Porque ni en sueños ni en tiempo ella se desvanece. La que me habla: La muerte.

La Baphomette

Del frío suelo nacieron sus dulces manos. Una figura blancuzca se fue materializando mientras un contoneo ascendía con cadencia. Todo se fue asomando entre las espesuras de una atmósfera pesada, acompañado por la música de una orquesta que inundaba el gran salón. Y sin embargo, no había ningún instrumento ni nada ni nadie que pudiera exhalar música.   Una masa etérea de polvo blanco acentuaba su frágil aparición. Las manos precedieron a los cuernos, luego de los cuernos se mostró su negro cabello que colgaba sin temor; después de las sombras de su cabello, se asomó su rostro inmutado y sus párpados cerrados con delicadeza. Así danzaba ella, La Baphomette. Sus manos y sus caderas se movían tentando una melodía lúgubre y de mortuoria singularidad. No abría sus ojos para no mirar a los invitados, ¿pero cuáles invitados? Sabía que ningún otro cuerpo se erguía ahí. El gran salón se había preparado para que danzara con aquella voz que de pronto brotó de las paredes y que descendió d

Go away white

Imagen
Not the purest cristal should enmesh at this shudder, oh, but to bright enough. I may say: “Shiver, fever,  never dare”. And the ebony and just its gloomy non-shinning shape, should be purify never to white. Never to blind. I may say: “would you, please, shy away from here?” I should shout, while its color cuddles its non-shinning shape and cries: “Right away, burn out all those empty souls of yours!” And I would, and I will, involve with my murk all its empty awful fools. 

She and myself

And I've been here wondering about truly faith and even trying not to betray my true self And I have been just sitting here, gazing myself not quite asleep. Surrounded by blazed ebony which may fail to erase such a shadow dancing over the trees, following me every time after my feet. Pale illusions quivering to death still pushing into my veins. To whom she may call? To whom may know who she is? Though she's not. And we've been here, with blameless sin inside me. All the while she pushes me to watch the spike of each thought, wondering still whether we shouldn't kill.

Nictofilia

Quién quisiera encontrarte, a veces abandonarte, ahí mismo donde te olvidas y la luna espera. Entre el camuflaje de las ramas y los silencios pútridos. Porque te encuentras entre maderas secas, acolchonadas grecas viejas. Quién quisiera encontrarte como casualidad besarte, ahí, entre los restos de tu alma, dónde tu calma aguarda. Encontrarte bajo las colchas y desdibujarte. Perseguir los contornos de tu despojado dormitorio. Sudarte con la lengua para mirar con amor la puta Luna Llena. Quién quisiera encontrarte, sino yo, mi cuerpo, ahí entre las sombras, tus sombras de mirada muerta.

Exhalarte

Yo andaba buscando té de amor, de amar té. Y sorber suspirar, exhalar el aroma con su inconfundible mirar. Andaba tan presurosa pensando té. Remojando mis ideas en sus aguas, tus lindas carcajadas. Andaba sin mirar y sin oler, pero exhalando el aroma del té, amor, amándote.